¿Será que debemos dejar a un lado los prejuicios? ¿Será que los requisitos no son tan eficientes? O tal vez, aunque un hombre encaje en nuestros ideales y sea simplemente perfecto, ¿finalmente el que decide es el corazón?. ¿Las historias de hadas, que hablaban de un príncipe enamorado de una sirvienta o de una hermosa mujer enamorada de una Bestia, nos enseñaban en realidad que la magia depende de nosotros? ¿Que si no encasillamos ni etiquetamos a alguien podremos ver con el corazón? Dudo que la vida sea un cuento de hadas pero tal vez si pudiéramos ver más allá de nuestros ojos, encontraríamos lo que tanto estamos buscando: ningún príncipe azul, simplemente un hombre con quien compartir nuestra felicidad.
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